Vista Panorámica con Razón

Podría pensarse que la luz es una cortina que baña las cosas, un manto que cubre un edificio por ejemplo, durante el transcurso del día poco a poco lo va cobijando todo. Quizá en las mañanas ocurre eso, pero por las noches el manto es una sombra, una sombra que a su vez se extiende y poco a poco va enfriándolo todo, carcomiéndolo todo, devorando los colores de las cosas.

Las sombras no son siempre rectas, también se tuercen, y se escurren sobre las plantas. Así, cuando el Sol se oculta, del contacto entre su cuerpo y la tierra nacen las sombras que enfrían y comen todo. 

La razón es ese algo que el hombre usa para agarrar una de esas múltiples posibilidades imaginativas como si pescara con una caña simple a la orilla del mar. La percepción está simplemente allí, independiente e impávida. La conciencia la usa para interpretar (en una realidad) eso que ha agarrado anteriormente. Un sueño puede bien ejemplificar esto. 

Aunque la realidad está pasando allá afuera independientemente de si posee o no alguien “razón” en un sentido social, la percepción se ajusta a los moldes de esa “razón”. Por lo cual si llamamos a un color “rojo” lo confrontamos con esos moldes. Podríamos llamarlo magenta o naranja incluso, puesto que todo color es relativo a su contexto cromático como bien se "sabe". 

La “razón” así entendida, es solo un imaginario social donde cada sujeto pugna por empatar su propia percepción (visual, auditiva, olfativa, táctil, etc.) con su propia percepción (abstracta) de una “razón” colectiva.